¿Ataques Psíquicos o Sugestión?
- Colette Gi
- 22 abr
- 3 Min. de lectura
Una mirada desde la psicología profunda y el trabajo energético

Con frecuencia escuchamos a personas que llegan preocupadas por la posibilidad de estar bajo un ataque psíquico. Perciben que algo externo —una energía, una persona o incluso una entidad— podría estar interfiriendo con su bienestar emocional, físico o espiritual.
Sin negar que somos seres energéticos y que los vínculos invisibles existen, también es importante mirar con profundidad qué está sucediendo en el plano psíquico y emocional. ¿Y si lo que percibimos como un ataque externo, en realidad es una sugestión neurótica que se ha alojado en nuestra mente y cuerpo?
Sugestión: un fenómeno más común de lo que parece
Sigmund Freud, en su trabajo con la hipnosis, observó cómo las personas podían entrar en estados alterados de conciencia y actuar según órdenes o ideas sugeridas sin resistencia consciente. En su ensayo sobre la hipnosis y la sugestión, Freud plantea que el ser humano, en su necesidad de pertenecer y ser guiado, es susceptible a aceptar creencias, ideas o emociones ajenas como si fueran propias.
Esto es particularmente relevante cuando hablamos de espiritualidad, rituales o sistemas de creencias donde hay una alta carga emocional o simbólica. Si una persona escucha que alguien le ha “hecho un trabajo” o que está “mal aspectada energéticamente”, y su sistema interno está en un momento de vulnerabilidad, puede entrar en un estado de sugestión neurótica que activa síntomas psicosomáticos: angustia, insomnio, somatizaciones, paranoia leve o pensamientos obsesivos.
¿Qué es un ataque psíquico?
Un ataque psíquico, desde las tradiciones esotéricas, se entiende como una invasión energética deliberada, normalmente por parte de otra persona, que interfiere con nuestro campo sutil. Puede manifestarse como agotamiento extremo, malestar emocional sin causa aparente o sueños perturbadores. Sin embargo, estos síntomas también pueden ser explicados —y muchas veces lo son— por dinámicas inconscientes no resueltas, ansiedad o trauma emocional.
Lo más común: sugestión interna, no agresión externa
En nuestra experiencia clínica y espiritual, lo más común no es encontrar evidencia de ataques psíquicos reales, sino detectar procesos de sugestión interna, reforzados por el entorno, la cultura y nuestras propias heridas emocionales.
Una palabra dicha en el momento exacto de vulnerabilidad puede implantarse como una semilla, y crecer hasta generar un estado de crisis. Esto no significa que estés “poseída” o “trabajada”, sino que tu sistema nervioso y tu campo emocional están en alerta, y necesitan contención, comprensión y limpieza energética amorosa.
¿Qué hacer ante estas sensaciones?
Evita entrar en pánico. Observa y respira. Todo lo que aparece puede ser mirado con compasión.
Consulta con un terapeuta o guía espiritual de confianza, que no refuerce el miedo sino que te ayude a comprender el origen de lo que sientes.
Evalúa tu entorno emocional: ¿hay personas o mensajes que te generan culpa, miedo o dependencia?
Limpia tu campo energético desde el amor, no desde el miedo. Baños, sahumos, meditaciones o constelaciones pueden ser herramientas valiosas.
Fortalece tu sistema psíquico y emocional: desde la psicoterapia, la meditación, y la reconexión con tu poder personal.
En Casa Dharma creemos en una espiritualidad consciente, que honra lo invisible pero también abraza la psicología profunda como aliada del alma. Lo invisible también puede tener nombre, historia y emoción. No todo es magia negra: muchas veces es simplemente la vieja herida buscando sanar.




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