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  • Foto del escritorColette Gi

Psicopatología es destino? Eros y psique

Ve más allá de lo que crees saber sobre la psicoterapia. Descubra cómo el viaje de la psicopatología conduce a la redención del alma, desde la mitología hasta la psicología.


lo que sanamos es infinito a través de la mirada del alma
Eros y psique

Vamos a reflexionar sobre Eros y Psique.

Desde sus orígenes en la mitología y etimológicamente, psicopatología deviene de pshyque; la manifestación del alma, una caracterización que hiere al eros; y finalmente vive pruebas a su reencuentro con eros. Psicho – pathos – logos; se transforma entonces en el estudio u observación de los padecimientos del alma; un alma mitológicamente atormentada entre la razón y el deseo; por lo tanto surge pathos cuando las subjetividades entran en juego en la singnificación de las vivencias, experiencias y simbolizaciones de las mismas; como parte de esta construcción de pathos debemos diferenciar los factores que le constituyen; considerando que por si misma psyche es sana, sin embargo pathos le manifiesta la dolencia. Decía Rogers que “las personas enfermamos en las relaciones, y es en las relaciones que recuperamos la salud” y esto podría vincularlo a la construcción de “lo patológico” ya que, la persona enferma de acuerdo a su historia familiar, infancia y primeras etapas del desarrollo psicosexual, aunando las consideraciones biológicas y características bioquímicas y físicas, además de las consideraciones del malestar en lo colectivo; la norma establecida y la normalización o alienación de las distintas realidades que el Ser integtra a través del a experiencia de vida y desarrollo. Bien haría en ver al ser con condiciones que le impiden retornar a su psyche y a su eros, dejando de lado a pathos, por que esto puede permitir que la observación esté en las potencialidades y las condiciones posibles de bien estar desde la realidad y subjetividad propia del consultante, y no desde la perspectiva personal del terapeuta, ya que de cierta forma el consultante es el experto de su propia vivencia.

Vale la pena considerar que aunque las enfermedades orgánicas existen; también es cierto que hace falta una contrucción empática e integrativa para quienes sufren o se recuperan de un condición psiquiátrica o psicológica; en ocasiones pareciera que en latinoamérica lo pathos se niega, se lanza a las calles, o se denigra; quizás también por las condiciones sociopolíticas donde intervienen también presupuestos e intereses.

Una enfermedad orgánica tiene ciertas condiciones que demarcan el encuadre desde donde se observa lo que se padece. Identificar, asimilar e integrar, también provocaría una mayor adaptación social y una menor estigmatización de las condiciones orgánicas que pueden provocar un deterioro neurológico; y la enfermedad mental, aún existe luz en el tratamiento si además de disminuir los síntomas con el tratamiento adecuado, abrimos la puerta al tratamiento y verbalización de las subjetividadesd el doliente; ya que ocultar el síntoma nunca traerá la cura, sin embargo puede ser el medio transitorio para elaborar el bienestar y tejerlo junto al doliente hilo a hilo, palabra a palabra, de vez en vez.

Para considerar hablar de la disforia de género volveré a la integración mitológica de psyche y eros; ambas en una vinculación íntima simbólica entre la razón y el deseo, el alma psíquica y el cuerpo sensual. Considero que hay un condicionamiento inconsciente transmitido de generación en generación que sutenta lo que es “aceptable” para la pertenencia en un grupo a fin de la supremacía de una especie y la reproducción biológica humana; el hecho de que se cuestione esta realidad como única, nos debería provocar cuestionarnos la continuidad del pensamiento a lo largo de las eras; ya que lo que se diagnostica patológico es en part una construcción social de la era que vivimos; así el género, ahora más integrado y abierto en la amplia expresión del eros; debe hacer una separación necesaria de sexo. Sexo y género son distintos; y si la psychis de una persona, construye una propia reconciliación con su propio eros, esto le lleva a construir ampliamente su identidad como individuo, alma, pensamiento y género. Considero en en muchos casos, el diagnóstico tiene fines políticos y comerciales desde lo farmacéutico y social; con la interpretación de que hay una necesidad de postura y condición. Si hay un diagnóstico entonces se produce un medicamento que lo mitigue; tal como se integra la depresión como enfermedad y no como un estado, aunando a este comentario que la disforia es transitoria en tanto psyche y eros no estén reconciliados. Por que en muchos casos, la aceptación de la propia identidad es lo que trae bienestar y comienza a elaborar el camino al desarrollo del potencial y una vida digna.

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