Escuchar Tantra ya nos mueve algo que tiene que ver sobre encuentros, conexión, hacer el amor, y si bien, es parte del camino tántrico, una parte fundamental para entender el alcance del tantra es liberarlo de la preconcepción que tengamos sobre el término, sobre todo en occidente, es momento de liberar la mente y saber que va más allá del sexo tantrico.
Puedo hablar solamente de lo que a mi experiencia se refiera, y en éste camino he descubierto que Tantra se refiere a interconexión. Se refiere a rendición. Se refiere a equilibrio, reconocimiento, unión, de la misma forma que un encuentro psicoterapéutico se trata de una conexión donde logramos abandonarnos en el otro y el otro en nuestro mundo, venciéndo nuestras barreras, permitiéndo que nuestros juicios duerman, para que el otro, hable de su experiencia.
Tantra se refiere a tejer, y ser tejido, ser surcido, sanado; principalmente nuestras partes psíquicas interiores, en un encuentro de compenetración. Hablar de una psicoterapia tántrica, siempre tendrá un encuadre humanista, y se refiere a vivir la experiencia sensorial de reconstruirte de todo lo que fue desgarrado. A reencontrarte con la experiencia vivida, sentida, acumulada y expresada. Esto nos lleva a procesos profundos, de auto observación, de movimientos que vienen desde el fondo de la psique para la liberación de nuestro Ser, al estilo Rogeriano, un encuentro tántrico psicoterapéutico buscará acompañar para que comience en una danza interminable entre todas las partes que nos componen, física y psíquica, y nos lleve a el florescimiento de nuestra individualidad. El tantra, Nos acompaña en un proceso de reconocimiento de nuestras verdades profundas, desenmascarando nuestro corazón, nuestra alma, desnudando nuestra esencia de toda ilusión, por lo cual, nos lleva a tocar las separaciones, el corazón, el cuerpo, los “divorcios” físicos que vivimos de la vida y su milagroso flujo cósmico universal; en un encuadre psicoterapéutico, encontraríamos las herramientas que han sido propias, para fortalecernos en nuestra propia narrativa.
Tantra nos ayuda a sanar la relación entre nuestro femenino y masculino introyectado, desarrollándolo para una vida sana, empoderada, en conexión con nosotras mismas. Para adentrarnos a este camino, necesariamente debemos comenzar por tocar nuestras corazas y desmantelarlas, paso a paso. Desde el respeto, empatía y humanismo fomentado en la psicoterapia humanista. Reconociendo que cada resistencia ha servido para algo, cada coraza, tuvo su función y también reconociendo que los sentimientos no son vuelos de la imaginación, son procesos reales del cuerpo, siendo el corazón una fuente de vida donde, desde éste núcleo se bombean impulsos de vida, o se guardan impulsos de miedo, o bien, bloqueos. A través de un proceso tántrico, podemos fomentar el “darnos cuenta” que la información que emite nuestro corazón va formando nuestros movimientos, nuestro cuerpo, nuestra tono y forma, y así podemos ir viendo como en el cuerpo quedan memorias de todas nuestras heridas emocionales. Nuestros corazones rotos en los hombros encorbados, nuestra sexualidad atemorizada en un trasero contraído, nuestra imposibilidad de autocontacto y ligereza con un cuerpo rígido, hipercontrolado; y así el cuerpo en fundamento es un medio para movernos en la vida y a su vez, un lenguaje complejo que cuenta nuestra historia sin palabras.
Como mujeres, en un círculo Tántrico, el proceso de recuperar nuestras voces internas, los poderes que nos habitan, es un proceso profundo. Hablar nos sana. Conectarnos entre mujeres también. Reconocer las historias del linaje que nos habitan, los programas subconscientes que hemos heredado, y también las memorias que en ésta vida no nos han permitido desencadenar nuestra fuerza interna. Nuestras experiencias de amor, afecto, están unidas a nuestro vientre, por lo tanto corazón, útero y voz, viven una relación íntima. El derecho al deseo, la emoción y la expresión del mismo, es una liberación que pone en movimiento el universo entero. Y reconociendo que nuestro cuerpo es nuestro compañero de vida, respondemos a el, nos conectamos a el, al gozo, al placer y al amor, desbloqueándonos, liberándonos de las heridas del pasado, sanando nuestros vientres – corazones – voces para expresar y habitarlos dispuestos en apertura para dar y recibir amor. De acuerdo a INEGI, las mujeres tienen una doble jornada laboral, trabajando remuneradamenre 37.9 horas y 39.7 horas en labores domésticas o cuidados. ¿Es decir trabajamos casi 78 horas a la semana! Esto eleva el estrés y desgaste de las mujeres, y por lo tanto crea Impactos negativos en nuestras comunidades. Además se sabe que las mujeres experimentan grandes índices de violencia. De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2016 indican que 66 de cada 100 mujeres de 15 años o más de edad que viven en el país han sufrido al menos un incidente de violencia de cualquier tipo a lo largo de la vida. Un Círculo de psicoterapia tántrica es para recordar el “cómo” que da sentido a nuestra vida, a pesar de la vertiginosa rapidez con la que se suceden los eventos en nuestra vida.
Permite a las mujeres liberar una fuerza poderosa que permite que sanar, romper las barreras de nuestras y volver a reconocernos plenas." Un círculo de mujeres, es un espacio que propicia y fomenta estrategias de resiliencia, vitales en este tiempo y para el futuro. Escuchar tantra ya no solo hablará de Sexo, como escuchar mujer, tampoco nunca más hablará de sumisión.
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